lunes, 12 de septiembre de 2016

Texto de los días en desuso

Tus piernas engullen la bruma
de la historia poseída de todas las filiaciones. Los amantes son esquivos
de un enero que ya no existe, se agrieta la candela en un puñado
de hombres, en lo aleatorio, en lo visible,
en la orilla donde mueren las señales.
Hay una parálisis afuera,
una ceguera adentro
de la faz de la humanidad bebe ella
ahoga el grito, la tempestad fue lo que salió por su boca,
mira el temblor del regreso,
la densidad de la ausencia. Ella abolió la vigilia,
sólo juntura en los años del ruido, y no hubo mujeres puestas al sol,
eligió los flancos para sobrevivir…
habría perdido su rostro en el tiempo
ostracismo  de un pasado continúo. Como anhelaba volver a su rostro
de una existencia como efímera dolencia,
de una existencia en las fauces de la insuficiencia. Teme que no la reconozcan,
hay anhelos que por volcánicos se vuelven nada.



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